martes, 3 de julio de 2012

Editor: Daniel Jiménez Quiroz


Editor / Entrevista




En este caso hablaré de un personaje muy interesante, cuya personalidad se compone, respecto a su trabajo, de prudencia, necedad y altruismo. Con la prudencia le ha bastado para llegar a ser un editor destacable; de la necedad se ha valido para asumir la ardua tarea de contribuir a encarrilar la cultura colombiana por otras sendas; y por altruista es que se esmera en hacer su trabajo con responsabilidad, porque ¿acaso no es un filántropo quien da valor a la expresión de una generación que tiene mucho por decir?


Daniel: Jiménez por apellido materno, Quiroz por paterno. Es oriundo de la ciudad de Medellín y, desde hace mucho tiempo, radicado en la también colombiana ciudad de Armenia. Tiene 24 años y los últimos 5 los ha dedicado a gestar, consolidar y pulir la revista Larva.




Prudencia: 
Conozco personas que aman cantar y se autoproclaman “muy apasionadas”, pero incapaces de regalarse una serenata mientras cocinan o se duchan. Conozco personas que se dicen carentes de pasiones, pero capaces de hablar con efervescencia un día entero sobre futbol o jugarlo en cualquier del día o la noche. En Daniel, por ejemplo, la pasión está, y la reconoce, pero no la pregona, pues es tan modesto como apasionado. Únicamente los observadores pueden advertir los signos que su modestia oculta.
Yo, que lo conozco, he logrado dar con algunos de esos signos. Si algún día se encuentra con el ánimo o el humor caído, puede ayudársele poniendo en sus manos algún cuento bien escrito o un artículo con estructuras no convencionales. Su paciencia es otro indicador: si tiene mucha, puede suponerse que anda escrutando buenos contenidos, con errores inofensivos, si los hay; si tiene poca, hay que suponer lo contrario, o imaginar que ha dado con un exceso de clichés y puntos comunes decepcionantes. Al escucharlo hablar también pueden identificarse algunos signos: Habla con calma, fijando la vista en algún punto cuando dubita para luego soltar intervenciones que concluirían, de estar escritas, con un punto seguido o punto aparte. Nunca en comas o en puntos suspensivos. Así es la conciencia del lenguaje.

Ser editor es complejo: se requiere capacidad para afinar el criterio, buen apetito para leer más que los demás, valor para no desesperar, tacto para no herir a nadie, curiosidad para no consternarse y disciplina para controlar al espíritu. Hay que contar con mucha disciplina para, a pesar de ser joven, brindar y beber únicamente en ocasiones especiales, que en este caso vendría a ser cuando una nueva edición de Larva se termina de imprimir y está lista para ser lanzada.



Daniel, ¿Qué es lo que le gusta más de ser editor?
“No estoy seguro; supongo que se trata de una mezcla de cosas, un coctel de gustos permitidos y perversiones disimuladas. No podría escoger una sola cosa. Tropiezo en varias: Me gusta esa posibilidad de ser un lector, de alguna forma, privilegiado, un lector que conoce de primera mano el trabajo de un autor y que se pone en la tarea de entenderlo, de ayudarlo a madurar y de lograr que se difunda. Me gusta, además, esa voluntad que se logra para ser un lector sabueso, es decir, alguien que va por ahí a la búsqueda de nuevas obras valiéndose de su criterio, de su gusto, de su curiosidad y su creatividad. Eso me gusta, me agrada que la curiosidad sea una de las principales herramientas de eso que llaman ser editor. Ahora, mis respuestas son un lugar habitual para este oficio, supongo. No miento con esto: apenas comienzo a caminar por estas movedizas tierras, así que a la próxima prometo otras respuestas y, ojalá, afinadas preguntas, dudas. Eso es un buen combustible.”


Larva es una revista de expresión visual de publicación trimestral, que por contener historietas, es la única de su género en Colombia. Hasta este punto del calendario pueden leerse 15 ediciones, y mientras tanto se trabaja en la decimosexta. Se especializa en difundir el comic dentro y fuera del país y a promover la producción nacional. Su contenido es innovador, su diseño especial y pulcro; además de las clásicas viñetas, incluye artículos sobre cuestiones afines, y, de vez en cuando, un cuento o algo por el estilo.




¿Qué lee en historietas y qué ve de interesante en lo que selecciona?
“A ver si entendí: ¿Qué lecturas generales tengo en historietas? No sé, trato de leer de todo, todo lo que me pase por los ojos está sujeto a ser leído. Me divierto haciéndolo así. Ahora, no todo lo selecciono, claro. Si bien leo de todo (o trato), no con todo me emociono. ¿Qué me emociona? Trabajos con personalidad, cómics con una voz. Estilos de dibujo con un trazo, una línea particular y reconocible. No tiene que ser los trabajos mejor dibujados, de la perfección y el juego "espectacularista", más bien me gustan los cómics con un dibujo preciso, propio, algo en lo que se note una búsqueda de parte del autor, y claro, que sea coherente con lo que narra. Narrar. Eso es lo otro. Me gustan los cómics que se atreven a explorar las posibilidades narrativas del medio, esos trabajos que juegan con sus fronteras y que, si son ambiciosos, retan los límites y dialogan con otras formas narrativas. Me gustan los trabajos con referencias, con detalles, cómics que no subestimen al lector y quieran sacudirlo. “


Su formación como lector es un factor importante; con el tiempo se ha encargado de entrenar su gusto hasta hacerlo bueno, y a su vez, por tratarse de una autoridad  en la materia, ha motivado a los autores a adiestrar las muñecas y ejercitar la narrativa para obrar con buen gusto.

En los últimos años, en Colombia, viene gestándose un movimiento cultural muy peculiar. Son los jóvenes, de entre 35 y 18 años, quienes con su entusiasmo y pragmatismo, más están aportando a la cultura del país. Anteriormente, si un colombiano quería dedicar su vida al arte, la música o las letras, por ejemplo, debía contar con el favor de una posición social alta o con una extensa popularidad para, además de darse un gusto de ese calibre, alcanzar el fin de ser vendido y respetado. Ahora, asemejándose un poco más al nivel de Argentina o de México, la opción de entregar la vida a pasiones artísticas tiene menos trabas, y lo que antes se asumía con el respaldo de la buena publicidad, ahora se puede lograr simplemente con el talento. La calidad se empieza a consolidar como el principal factor excluyente, como debe ser.



¿Que opina del panorama cultural - el movimiento- que se está dando en Colombia entre los jóvenes?
“Quiero creer que estamos pasando por un buen momento. Surgen y se consolidan propuestas valiosas, con una personalidad y un criterio muy definidos, y con atrevimiento. Y es ese atrevimiento el que creo nos caracteriza a todos, esa forma de hacer las cosas sin tener que estar atados a los modelos de antaño o a los temores de siempre. Somos muchos, y existe mucho talento, pero creo que sólo con el tiempo se podrán confirmar algunas cosas. Como dije, quiero creer que estamos pasando por un buen momento. Ojalá esa duda nunca pierda su sentido.”


Necedad

Colombia es un país complejo, especialmente complejo para la juventud, lleno de costumbres que se resisten a evolucionar con el tiempo.

En las familias, cuando es hora de que algún recién graduado elija una facultad para formarse, se le intenta persuadir de optar por carreras que no pongan en riesgo su futuro económico ni la tranquilidad familiar. Siempre se necesitan abogados, administradores o contadores. El oficio de ser padre se complica cuando el hijo muestra un gran deseo de ingresar a una facultad artística o humanística.

Entonces tenemos al necio de Daniel, quien además de ir en contravía al común de sus contemporáneos, se place en contrariar las adversidades del ambiente. Estudió Comunicación social, una carrera que suele verse con recelo; ha sabido sustentar su decisión ganándose becas de investigación, dadas por el Banco de la República, y el apoyo de entidades públicas y privadas para llevar a cabo, de la mejor forma, todos sus proyectos.

Que en territorio nacional los comics pagan impuestos de circulación tan altos como los de la industria de la pornografía o los juegos de azar: pues entonces se hace lo posible por no dejarse vencer, y, de paso, hacer el intento de pedir clemencia, de que alguien corrija la ley. Que la gente suele comprar siempre las mismas revistas y los mismos diarios: entonces se vende la revista en más lugares y se conciencia a quien se deje de no caer en el error de negarse el placer de la variedad.

Cada vez que  hace una mejora en la tinta o aumenta la calidad del papel, está burlando los viejos paradigmas nacionales y demostrando que cree en su generación y en lo que hace.



¿Por qué historietas y no otra cosa en un país donde casi todo es desconocido?
“No estoy muy seguro de entender la pregunta. Es decir, ¿por qué me dediqué a editar historietas y no a "descubrir" otra cosa? El oficio de editor, en gran medida, es un oficio de ego. Se hace, se lee, se publica lo que se quiere, bajo un criterio, claro, pero con una visión, una pretensión subjetiva. Me gustan las historietas (si bien leo y me hago a muchos otros tipos de "contenidos"), así que fue natural sentirme atraído hacia esto. No soy dibujante, no soy autor de cómic, así que de entrada mi reto ha consistido en inventarme como un editor de cómic en un país en el que la figura nunca ha exisitido sólidamente. Suena muy pretencioso, lo sé, pero así es. La figura de alguien dedicado exclusivamente a la edición de cómic en Colombia sólo había tenido destellos, razones fugaces. Así que decidí dedicarme a esto, porque además de emocionarme y admirar el trabajo de los autores con los que trabajo, siento que ha sido toda una apuesta por crear algo, por dar algo nuevo. Tal vez me equivoque, tal vez.”


Pero eso no es todo. A la carga de adversidades hay que sumarle la ingratitud del comprador colombiano. Muchas veces se ha visto que interesantes empresas ofrecen sus servicios o productos, y tras un éxito notorio, caen sumidas en el abandono y el olvido.



¿Teniendo en cuenta que la vida cada vez es más estrecha y más cara y que para vivir lo más seguro es un empleo seguro, no teme nada estando inmerso en un país tan austero de vez en cuando?
Sí, pero alguien debe hacerlo.


Altruismo

Además de editar la revista Larva y, cosa que no había dicho, hacer parte de la Editorial Robot, Daniel dirige el festival “Entreviñetas”. El festival, que en septiembre de este 2012 llegará a su tercera edición, reúne estratégicamente en 5 ciudades a dibujantes nacionales y extranjeros, seleccionados con cuidado, con el propósito de promover la lectura y contribuir a la formación de públicos.

        Según los resultados de la anterior edición: fue un éxito, y, según sus participantes y asistentes, una experiencia estimulante.

        Hubo invitados de Argentina, Perú y Estados Unidos, entre los que destacan los reconocidos Matt Maden (USA) y Liniers (Arg.), quienes al igual que otros tantos más, recorrieron el país dando charlas y talleres, haciendo exposiciones, disfrutando la gastronomía y los paisajes y quedando con ganas de volver.



Todos estos son pasos para concretar una sinergia eficaz. Y así, de a poco y con el aporte de los interesados, se acomoda el panorama para que la cultura quede al alcance de quien la quiera, evitando que el espíritu de toda una generación termine vencido y convertido en mano de obra barata.



¿Pretende salvar o impulsar la literatura colombiana en el futuro?
“¿Salvar a la literatura colombiana?, ¿salvarla de quién o de qué? Que se salve ella. Si al menos trata de hacerlo por su cuenta, seguro encontrará lectores con quién celebrar. Ahora, si la pregunta se refiere a si en algún momento me dedicaré a editar literatura, la respuesta es: Sí, ¿por qué no?”



Maurice Brosandi Betancourth

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